Limpieza con agua ionizada

Con la llegada de la pandemia, nuestra limpieza personal y del hogar se ha convertido en una auténtica obsesión. Todos hemos buscado en interner, si no lo hemos visto anteriormente en televisión o leído en los periódicos, cómo limpiar de forma eficiente un espacio para acabar con todo tipo de bacterias. Al final, es un concepto que nos une, pues en todas las casas existe ese armario, estantería o incluso un cuarto entero en el que acumulamos productos de limpieza que prometen ser ‘eficientes’ en unos instantes, sin saber en realidad la cantidad de sustancias nocivas para la salud y el medioambiente que contienen. Pero, ¿existe realmente una alternativa a los tradicionales productos de limpieza y desinfección que encontramos en el mercado? Los expertos llevan años recomendando que nos alejemos de las fórmulas perfumadas – por muy agradable que dejen el ambiente de nuestro baño -, que no nos fiemos de los antibacterianos como el triclosán, presente en la mayoría de los desinfectantes, o que tengamos especial cuidado con los surfactantes. «Seis segundos de contacto son suficientes para que el ozono consiga los máximos niveles de higienización» Estos últimos son uno de los elementos más abundantes en los detergentes y tienen un poder tan perjudicial para el medio acuático, que en 2004 la Comisión Europea prohibió aquellos que no se biodegradaran rápidamente en ríos y lagos. Esta misma institución también concluyó que la mayoría de los limpiadores químicos contienen una amplia fuente de COV (Compuestos orgánicos volátiles), que pueden tener graves efectos para la salud. .

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